DISCIPLINA POSITIVA

Jane nelsen (fundadora del programa conocido como “disciplina positiva”)
“La disciplina positiva no es ni permisiva ni represiva”

Ser padres es un viaje que nos ofrece gran diversidad de sentimientos y emociones que pueden llegar a ser muy contradictorios: unas veces lo describiríamos como un viaje alegre, “fácil”, gratificante; otras, en cambio, como un viaje agotador y difícil. Lo cierto es que cualquiera de estos adjetivos lo describen perfectamente, y es que el hecho de que sea el viaje más maravilloso de nuestras vidas no quita para que a su vez sea el más complejo.

 

Posiblemente si nos paramos a pensar, ser padres sea el desafío más grande e importante que afrontaremos a lo largo de nuestras vidas: de pronto tenemos en nuestras manos a un/a pequeño/a a quien daremos siempre lo mejor de nosotros, tratando de educarlo de la manera más sana posible lo cual supone una enorme responsabilidad. Y es que es a través de nuestras vivencias y experiencias así como de la educación recibida que se va formando nuestra personalidad desde el nacimiento.

Pero a pesar de nuestra entrega y esfuerzo… ¿Quién no se ha sentido mal alguna vez tras “regañar” a su hijo/a? ¿Os habéis hecho alguna vez la famosa pregunta “estaré haciéndolo bien”? ¿Nos hemos arrepentido alguna vez por haber actuado de cierta manera? Algo que debemos tener muy presente es que aún cometiendo errores, somos los mejores padres que nuestros hijos podían tener.

Plantearnos qué tipo de educación queremos ofrecer a nuestros hijos será fundamental para iniciar este largo camino; para ello es importante que tengamos claro en qué punto estamos y a dónde queremos llegar.

¿QUÉ ES LA DISCIPLINA POSITIVA?

La palabra “disciplina” puede dar lugar a confusiones, entendiendo erróneamente que este programa tiene como base el “castigo”, mientras que la realidad es todo lo contrario. Del mismo modo, tampoco es sinónimo de “permisividad” / “dar total libertad” y os explicamos por qué.

Se define como “estilo educativo” al conjunto de actitudes, conductas y creencias empleadas por los adultos en el proceso educativo, con el objetivo de enseñar a los niños y acompañarlos en su desarrollo. La “disciplina positiva” más que un estilo educativo es una forma de criar a los niños que pone énfasis en una crianza afectuosa con apego.

Nace del trabajo de Alfred Adler (psiquiatra austríaco de principios del siglo XX) quien defendía el deseo del ser humano por formar parte de un grupo, su sentido de pertenencia a una comunidad así como el hecho de que todos somos iguales (niños y adultos) merecedores de dignidad y respeto. Pensaba que el autoritarismo y el castigo rompían la atmósfera de conexión necesaria para que los niños sientan interés por mejorar sus conductas. Según Adler además, los niños necesitaban cierto equilibrio entre orden y libertad.

Más tarde, su discípulo Rudolph Dreikurs llevó a la práctica distintas teorías convirtiéndose en el defensor de un método cuyas herramientas ayudasen a padres y educadores en la práctica educativa. No fue hasta décadas después cuando las psicólogas Jane Nelsen y Lynn Lott desarrollaron este programa conocido como “disciplina positiva” basándose en los resultados de todos los estudios realizados.

Fundadoras de un método alternativo al tradicional cuyo fin es enseñarnos a construir una relación fuerte que proporcione a los niños seguridad y confianza en sí mismos. Por consiguiente, a mayor seguridad, mayor autoestima. Educar en positivo favorecerá el desarrollo de su autonomía tanto emocional (capacidad de tomar buenas decisiones) como intelectual (siendo capaces de resolver sus propios problemas).

Es un modo de educar desde el amor, el respeto, la comprensión y la empatía. Educar apoyándonos en la afectividad.

DISCIPLINA PUNITIVA

SE BASA EN EL CASTIGO Y LA IMPOSICIÓN

NO TIENE EN CUENTA LAS NECESIDADES DEL NIÑO

BASA SU EFECTIVIDAD EN EL MIEDO

EL NIÑO ACTÚA POR TEMOR AL CASTIGO SIN COMPRENDER

AFECTA NEGATIVAMENTE EN EL AUTOESTIMA DEL NIÑO

VS

DISCIPLINA POSITIVA

PARTE DE LA FELICIDAD Y BIENESTAR DE LOS NIÑOS

SE BASA EN EL AFECTO, EL AMOR Y EL CARIÑO

SE BASA EN EL CASTIGO Y LA IMPOSICIÓN

SE BASA EN EL CASTIGO Y LA IMPOSICIÓN

SE BASA EN EL CASTIGO Y LA IMPOSICIÓN

PADRES MODELOS

Esta disciplina aporta a padres y educadores herramientas y estrategias para lograr un mejor entendimiento entre niños y adultos, tomando estos últimos conciencia de la influencia de sus actos en los niños.

Como bien sabemos los niños tienden a imitar los comportamientos de los adultos, en especial de sus mayores referentes, sus padres.  Es por ello muy importante que seamos consecuentes con nuestros actos, que actuemos de manera coherente. En definitiva, que les regalemos la mejor versión de nosotros mismos. Nosotros somos su mayor ejemplo a seguir.

“La palabra convence, pero el ejemplo arrastra. No te preocupes porque tus hijos no te escuchan, te observan todo el día”, María Teresa de Calcuta

PRINCIPIOS DE LA DISIPLINA POSITIVA

La disciplina positiva se fundamenta tal y como hemos mencionado anteriormente en el entendimiento y respeto mutuo, en la empatía, la comprensión, la comunicación, y por encima de todo, en el amor.

Es importante tener en cuenta que para poder llevar a cabo esta forma respetuosa de educar, es necesario un ambiente familiar favorable; es decir, requiere que en casa se respire un clima educado y positivo, en el que las relaciones y lazos familiares sean sólidos y firmes.

Destacamos a continuación los principios más relevantes de este programa:

RESPETO MUTUO

FIRMEZA Y AMABILIDAD

FIRMEZA Y AMABILIDAD

Como adultos debemos mostrarnos amables y firmes a partes iguales, respetuosos y motivadores, encontrar el equilibrio.

CONFIANZA EN SÍ MISMO

EFICAZ A LARGO PLAZO

El aprendizaje poco a poco se interioriza de manera natural.

VÍNCULOS AFECTIVOS – CONEXIÓN Y SENTIDO DE PERTENENCIA

Mediante la conexión emocional entre nosotros y los niños reforzamos los vínculos afectivos. Los niños deben sentirse queridos e importantes; deben ser tenidos en cuenta como miembros que son de la unidad familiar. El sentirse parte de un sitio influye en su interés por participar de las situaciones y deberes que se les requiera. Por ello, los niños (ya sea en casa o en la escuela) deben sentirse escuchados y capaces de tomar ciertas decisiones (no confundir con el hecho de dejar que hagan “lo que quieran”).

IMPLICACIÓN DEL NIÑO

En lugar de imponer normas, implicaremos a los niños logrando que hagan suyas las normas, que las entiendan, de manera que el compromiso con las mismas será mucho más exitoso. Si por el contrario imponemos sin más, el niño no comprende lo cual en la mayoría de las ocasiones deriva en rabietas, actitudes más rebeldes acompañas de frustración y malestar interno innecesario. El niño aprende no por castigo, sino porque se le invita a reflexionar sobre sus errores y a buscar soluciones.

DESARROLLO EMOCIONAL

Al empatizar con él, el niño siente que comprendemos cómo se siente y por qué está actuando de tal manera en un momento dado, lo cual fomenta el desarrollo de su inteligencia emocional.

Siempre evitando el castigo la tarea del adulto será buscar el por qué de esa actuación, tratando de reconducir al niño desde el terreno afectivo.

ADQUISICIÓN DE UNA MAYOR AUTONOMÍA – ENFOQUE EN SOLUCIONES

Educando en positivo el niño aprende a ser independiente, es capaz de tomar sus propias decisiones. El adulto actúa como guía, acompañante del niño a lo largo de su vida, ofreciéndole las herramientas necesarias para que por sí sólo sea capaz de resolver sus problemas y poner soluciones. Olvidemos de forma radical la idea de hacer sentir mal a un niño que acaba de cometer un error. Pensemos más bien en: ¿cuál es el problema? ¿cómo podemos solucionarlo? De este modo lograremos un mayor interés por aprender por parte del niño minimizando la posibilidad de que cometa el mimo error en un futuro. Propongamos soluciones respetuosas cargadas de racionalidad.

BENEFICIOS DE LA DISIPLINA POSITIVA

Proporciona numerosos beneficios en el desarrollo tanto de los niños como de los adultos que lo ponen en práctica:

Mayor compromiso por las normas establecidas debido a su comprensión

Desarrollo de la responsabilidad: comprenden las consecuencias de sus actos, de modo que aunque actúan con libertad conocen hasta dónde pueden llegar

Mayor independencia
Fomenta la autoestima
Aprenden de sus errores

Desaparece el sentimiento de culpa y del autocastigo puesto que equivocarse no es malo (error = aprendizaje)

Vínculo afectivo entre niño y adulto más fuerte
Adquisición de habilidades importantes que pondrán en práctica a lo largo de su vida (colaboración, empatía, resolución de conflictos…)

PAUTAS SOBRE CÓMO PONER EN PRÁCTICA LA DISCIPLINA POSITIVA

Entiende al niño. Empatiza, ponte en su lugar, intenta comprender por qué se comportado o ha actuado de determinada manera.

Una vez hayas logrado comprenderlo, reconduce su conducta. Hazle saber que comprendes que pueda haberse enfadado, y que una vez se haya calmado pensaréis en qué alternativas había para no hacer lo que ha hecho.

Sé su mayor ejemplo a seguir. No podemos pedirles que no griten si nosotros gritamos.

Mantente firme al establecer límites y normas pero con amabilidad y cariño.
Dale la oportunidad de tomar decisiones según su criterio. Si debe encargarse de hacer su cama, que la haga a su manera aunque para nosotros no quede perfecta. Se trata de que aprenda a ser responsable.
Fomenta el diálogo, permitiéndole conocer las consecuencias de sus acciones, utilizando el error como fuente de su aprendizaje.
Enfoca en soluciones y no sólo en el problema.

Critica la acción y no a la persona como tal.

Evita siempre el castigo.

“¿De dónde sacamos la absurda idea de que para que los niños se porten bien, primero hay que hacerlos sentir mal?

Jane Nelsen

 

Esperamos os haya gustado y os sirva de ayuda a lo largo de este maravilloso viaje de la maternidad-paternidad.