EL JUEGO LIBRE EN LA INFANCIA

¿A QUÉ LLAMAMOS JUEGO LIBRE?

Científicos y biólogos afirman que existe una relación directa entre la estructuración del cerebro de los niños y el juego en su desarrollo. Mediante el juego los niños exploran, manipulan, crean, en definitiva a través del juego APRENDEN. Y es que a través del juego descubren el mundo que les rodea y se conocen mejor a ellos mismos, se AUTO-DESCUBREN.

Existen infinidad de juegos pero ¿a qué nos referimos con “juego libre”? ¿en qué consiste?

Tal y como indica su nombre, el juego libre es aquel cuyas actividades y elementos son escogidos por el propio niño, sin ser dirigido por el adulto. En este caso, el niño se mueve siguiendo su propio instinto, sin restricciones ni límites.

En los primeros años de vida se debe considerar como casi una actividad principal, pudiendo ser de forma individual o colectiva (participación de más niños o incluso de papás, hermanos, etc.). La clave es seguir el ritmo del niño, sus intereses, que sea él quien lo dirija a su modo según su propia iniciativa.

Especialmente si el juego libre se da en espacios naturales, al aire libre, siempre favorecerá al niño en mayor medida.

¿QUÉ BENEFICIOS TIENE EN LOS NIÑOS?

Ayuda al auto-descubrimiento.

Mayor conocimiento del entorno.

Fomenta el desarrollo cognitivo.

Fomenta la creatividad.

Control de emociones.

No existe un fin concreto, de modo que existen multitud de posibilidades de juego.

Fomenta la autonomía.

Favorece la curiosidad.

¿CÓMO ACTUAR?

A menudo sucede que los adultos intervenimos de manera innecesaria e interrumpimos al niño cuando está actuando de forma “libre”. Nos cuesta permitirles que actúen “como ellos quieran”, sobre todo porque en la mayoría de las ocasiones supone mayor trabajo para nosotros; sin embargo, el juego libre es necesario para el desarrollo de habilidades como las que hemos mencionado anteriormente.

Como adultos, debemos dejar que jueguen a su ritmo, sin prisas, sin directrices que frenen el hecho de dar rienda suelta a su imaginación y creatividad.

Si les permitimos desenvolverse y jugar libremente fomentaremos su autonomía y por consiguiente contribuiremos a la construcción de una personalidad más fuerte.

¿Os animáis a probar esta forma de juego? ¡Ánimo papis!