Mi historia
Leyre Peris Soler
Cuando miro hacia atrás y me vienen imágenes de mi infancia, recuerdo perfectamente a mis familiares, a mis amiguitos del cole y también a mis maestros.
Ellos dejaron una huella que perdura con el paso del tiempo, de todos aprendí mucho, pero los que recuerdo con más cariño, son aquellos que daban las clases con amor; que nos miraban con brillo en sus ojos, en definitiva , aquellos que nos trataban como su bien más preciado.
Esos maestros, que encendían en nosotros el don de la curiosidad y nos ayudaban a avanzar en el camino de la educación, siempre llevándonos de la mano, dándonos esa seguridad que en algunos momentos necesitábamos. Estos maestros siempre formarán parte de mi vida, que sin ellos probablemente; yo sería diferente, ellos me formaron y sobretodo me guiaron. Por todo esto, he podido ver, que un maestro es aquel que enseña con el corazón y por esta razón, yo decidí en su momento, continuar el legado que mis maestros habían dejado.
Adoro enseñar, y también aprender día a día de mis alumnos, con la esperenza, de que algún día cuando sean mayores y vuelvan la vista atrás, me recuerden con cariño y sintiendo esa sensación de calidez que a mi me queda de mi paso por la escuela, y que yo también intentaré aportarles cada día.