Desde mediados del siglo XX y debido a la globalización, la lengua inglesa se ha convertido en la lengua dominante a nivel mundial, lengua internacional del planeta a través de la cual el ser humano puede comunicarse en cualquier parte del mundo. Además, una de las potencias más influyentes hoy en día es Estados Unidos y su lengua oficial es el inglés, por lo que la importancia de conocer este idioma se ha ido incrementando aún más en los últimos años.

En los primeros años de vida, cuando se produce la adquisición de la lengua materna, asimilamos con mayor rapidez, y a medida que crecemos, el aprendizaje es más lento, de modo que es más rentable sentar las bases del aprendizaje cuanto más pequeños seamos.

Conocer otro idioma además de nuestra lengua materna, produce cambios en nuestro cerebro aportándonos numerosos beneficios y ventajas, y por ello en nuestra escuela trabajamos por promover el bilingüismo en edades tempranas.

Llevamos a cabo la introducción de la lengua inglesa a través del método natural, es decir, ponemos todos los medios necesarios para que los niños interioricen tanto el vocabulario como las formas gramaticales inglesas del mismo modo en que aprenden y conocen la lengua materna.

A los alumnos les resulta divertido y muy ameno aprender a través del método natural, pues adquieren nuevos conocimientos a través del aprendizaje significativo, así como de actividades lúdicas tales como: contar cuentos, cantar canciones, juegos, etc.

En nuestro centro tenemos la gran suerte de contar con grandes profesionales de la educación con nivel bilingüe (español-inglés), teniendo la lengua inglesa como segunda lengua, con la cual se desenvuelven como si de la lengua materna se tratara.

Según la doctora María Montessori el periodo sensible para el aprendizaje de lenguas, se da sobre todo entre los 1-5 años de vida, y puesto que nuestros pequeños tienen edades comprendidas entre 0-3 años, se encuentran en la etapa ideal para dicho aprendizaje.

Entre los 0-4 años, los niños generan más conexiones neuronales, ya que es en estas edades en que se forma el cerebro del niño, teniendo mayor capacidad de absorción y asimilación de la información, así como de cualquier estímulo que recibe. De ahí la gran importancia de la motivación frente al aprendizaje.